La Ópera de Sidney, icono cultural universal

Ópera de Sidney (Australia).

Tal día como hoy, el 20 de octubre de 1973, se inauguraba un edificio que con el tiempo se acabaría convirtiendo en una obra icónica, tan identificativa de la ciudad que lo vio construir que casi todo el mundo puede saber a simple vista de qué se trata. Estoy refiriéndome a la Ópera de Sidney (Australia).

Es grato recordar que la obra (su nombre completo es Casa de la Ópera de Sidney) se concedió mediante un concurso, al que se presentaron 233 proyectos de 32 países. El ganador fue Jørn Utzon, un arquitecto danés.

Para poder construir el edificio, primero hubo que demoler el Fuerte Macquarie, que entonces ocupaba dicho espacio como depósito de tranvías. Derribado en 1958, al año siguiente se inició la construcción de la Ópera.

Durante del desarrollo de la construcción de la Ópera, se sucedieron muchos problemas, polémicas y modificaciones. Finalmente, su diseñador original (Utzon) abandonó, siendo reemplazado por un grupo de arquitectos elegidos por el Ministro de Obras Públicas de Nueva Gales del Sur.

 

Ópera de Sidney (Australia), en construcción (1968).

Así es como se desarrolló su dimisión:

-Utzon: Si usted no lo hace yo dimito.

-Hughes: Yo acepto su dimisión. Muchas gracias y adiós.

Utzon se fue del país, y ni siquiera asistió a su inauguración oficial. Más tarde diría al respecto:

Si yo hubiera acabado la obra la habría llevado a través de una sensación de movimiento. El tratamiento del espacio como música, casi no existe hoy en día en la arquitectura.

Ópera de Sidney (Australia).

Entre el inicio de las obras y su inauguración oficial, pasaron 24 años. Presupuestada inicialmente en 3 millones de dólares, acabó costando más de 100.

Su parte más visible es el tejado, conformado por una serie de conchas (o cáscaras), a su vez recubiertas por 1.056.006 azulejos. Su autor, sin embargo, pensaba en otra cosa:

“…muchas personas dicen que mi diseño fue inspirado por los yates de vela del puerto o por conchas marinas. Este no es el caso. Es como una naranja, si pelas una naranja obtienes estos segmentos, formas similares a estas. Fue así en mis modelos. Yo no pensé que deberían ser como velas en el puerto. Dio la casualidad de que fueran similares. Fui influenciado por las velas en la medida en que mi padre era un arquitecto naval y yo estaba familiarizado con formas grandes (barcos). Yo nunca había visto Sydney Harbor cuando hice este diseño, aunque me sentí muy familiarizado con el lugar por fotografías y cartas navales…”

Ópera de Sidney (Australia). Detalle de los azulejos de las bóvedas en los que se puede distinguir las dos tonalidades empleadas: blanco brillante y crema mate.

Fue inaugurado por la reina Isabel II, ya que al ser la jefa de la Commonwealth es —teóricamente— la reina de Australia.

En el año 2007, la Unesco lo declaró Patrimonio de la Humanidad.

 

La Ópera de Sidney, musa

Emblemática e icónica, la Ópera de Sidney ha servido de «inspiración» para muchas otras obras. De entre ellas, podemos señalar:

El templo del Loto (1986), en la India:

Templo del Loto, en la India.

El Clyde Auditorium (1997), en el Reino Unido:

Clyde Auditorium, Reino Unido.

La Ciudad de las Artes y las Ciencias (1998), en España. Un pastiche de Santiago Calatrava:

Ciudad de las Artes y las Ciencias, de Santiago Calatrava.

El feísimo Auditorio de Tenerife (2003), también de Santiago Calatrava:

Auditorio de Tenerife, de Santiago Calatrava.

 


Artículo redactado para La biblioteca perdida.

4 comentarios sobre “La Ópera de Sidney, icono cultural universal

  1. […] 1973. Inauguración de la Ópera de Sidney (Australia). 1975. Empieza la “Marcha verde” de miles de marroquies sobre las posiciones españolas en el Sáhara, para forzar su abandono. 1975. La sonda espacial soviética Venera 9 aterriza en la superficie del planeta Venus. 1978. Tiene lugar el acto fundacional del partido nacionalista vasco Herri Batasuna (HB). 1985. Mueren más de 50 personas y unas 100.000 tienen que ser evacuadas en Filipinas, tras el paso del tifón “Dot”. 1987. Helmut Kohl y François Mitterrand acuerdan en Bonn acelerar el eje Bonn-París, firmando nuevos acuerdos de cooperación. 1988. Un ciclón azota Bangladesh y causa 400 muertos y 20.000 damnificados. 1993. Encuentro informal de los ministros de Defensa de los países de la OTAN para tratar una posible intervención militar en Bosnia. 1997. La llegada a la presidencia de Montenegro del reformista Djukanovic aísla más a Milosevic. 2001. Un acertante de la lotería primitiva gana más de 3.269 millones de pesetas. El boleto fue sellado en Parla (Madrid). 2003. Los once tripulantes de un buque danés mueren al hundirse la embarcación frente a las costas de Nigeria. […]

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  2. Lo de feísimo del Auditorio de Tenerife lo dirás tú, pero mucha gente no piensa igual. Para mí arquitectónicamente y esculturalmente me parece tan interesante como la Ópera de Sydney.

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    1. El artículo habla de la Opera de Sydney, que te recuerdo fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. La referencia al Auditorio de Tenerife era testimonial, y sólo en el sentido de decir que le había «inspirado» claramente.

      Dudo que jamás alguien tenga la intención de incluir el Auditorio de Tenerife en ningún catálogo de obras reseñables. Creo que, en tal caso, se vería en grande dificultades para justificarlo.

      Lo de feo no es discutible, ya que la evidencia es que se trata de una obra cuya estética brilla por su ausencia. Lo siento, pero no hay forma de compararlo con ninguna gran creación artística que se precie.

      De hecho, y como ejemplo, cuando el New York Times hizo la reseña del Auditorio (Concert Hall) de Tenerife, tuvieron que apañárselas para poder decir algo de él, porque
      no lo comparaban con ninguna obra artística, como no fuera con una flor erótica de Georgia O’Keeffe (!). De hecho, el título no podía ser más elocuente: «It’s a Bird. It’s a Helmet. It’s an Eyelid».

      Pero no es ya sólo el tema de la belleza, porque lo primero (y casi único) que ha de ser un Auditorio es funcional.

      Sin embargo, ¿tengo que recordar los problemas que ha tenido el Auditorio de Calatrava? Por ejemplo, el trencadís (mosaico) se fue desprendiendo por arte de magia, y las humedades y filtraciones de agua fueron otra constante.

      Y si el edificio es feo —que lo es— es mucho más fea la actitud que el propio arquitecto tuvo con el Enrique Amigó, ingniero del Cabildo de Tenerife, cuando trataban de solucionar los problemas que tenía su Auditorio. Las palabras de Calatrava, llenas de soberbia y prepotencia, no tienen desperdicio: «Para que te quede claro, tú me estás hablando desde tu isla, que está en el culo de Europa, y yo te hablo desde Zúrich, que está en su corazón. Tu isla no me merece».

      Pero tengo que darte la razón en una cosa. Sorprendentemente, Catalatrava ha hecho cosas aún más feas que el Auditorio de Tenerife: el Palacio de Congresos de Oviedo, para el que ya se han agotado los calificativos, siendo «engrendro» el más suave que recuerdo.

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