El Comercio, Gijón, 7 de mayo de 1912
Desde ayer el Banco de Gijón, ocupa su Casa-palacio de las calles de Azcárate y Pi y Margall. Las reformas que en el nuevo edificio se hicieron, y cuyo costo pasa de 125.000 pesetas, responden a la bases de una mayor comodidad y holgura en los servicios, así como de un gran aumento de luz y exquisitos cuidados de la higiene. Honra a Gijón tal centro bursátil, no ya sólo por su crédito, sino también por su instalación espléndida, dentro de la seriedad y sencillez modernas que excluyen la multiplicidad de colores y adornos.
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Como para el ornato de la villa y la importancia de sus centros significaba mucho el nuevo aposentamiento del banco de Gijón, el espíritu informativo nos llevó ayer a dicha casa, donde fuimos recibidos y acompañados muy atentamente por el cajero don Baldomero Pelayo el empleado don Juan Martín, a quienes les enviamos desde estas columnas el testimonio de nuestra gratitud y sus amabilidades.
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