Al poco tiempo de inventar el cinematógrafo, se cuenta que Georges Méliès les quiso comprar el artilugio recién presentado en sociedad: el cinematógrafo. Por lo visto, los Hermanos Lumière contestaron:
Amigo mío, deme usted las gracias. El aparato no está en venta, afortunadamente para usted, pues le llevaría a la ruina. Podrá ser explotado durante algún tiempo como curiosidad científica, pero, por lo demás, no tiene ningún futuro comercial.
Louis LUMIÉRE (1895)
Un comentario en “Los Hermanos Lumière: ¡menudas lumbreras!”