Esta ausencia de memoria le recuerda a uno al matemático Ampère, que un día, cuando se dirigía a su curso de conferencias, vio una pequeña piedra en el camino. La recogió y examinó con admiración sus venas moteadas. De pronto, la conferencia a la que debía asistir regresó a su mente. Sacó su reloj, viendo que se acercaba la hora, se apresuró a duplicar el paso, colocó cuidadosamente la piedra en su bolsillo y tiró su reloj por encima del parapeto del Pont des Arts. |
Camille FLAMMARION, Popular Astronomy: a General Description of the Heavens (1884)