La Voz de Asturias: Oviedo, 7 de enero de 1909
La protesta ciudadana ya ha llegado a oídos del señor alcalde, es inadmisible que el Ayuntamiento permanezca impasible ante lo que ocurre en esta ciudad. ¿Es que ya no se puede pasear? Excesiva, desmesurada e inmoderada es la velocidad con la que circulan los coches por la calle de Uría. Los tranquilos paseantes deben literalmente tirarse a un lado para evitar que se les atropelle. ¿Acaso el Paseo de los Álamos se ha convertido en un velódromo, y los carbayones no nos hemos enterado? El señor alcalde debería tomar cartas en el asunto y prohibir que los domingos y festivos los carruajes pasasen por allí.